Elección cuidada de los ingredientes, fuego lento, especias y no pocas vueltas.
Una prueba de sal, ponemos la mesa. El deseo aflora en las comisuras.
Luz suave, entorno propicio, todo calculado para nuestro disfrute mutuo.
Espera! Algo falla, el instrumental.
Mierda! Era todo perfecto.
Sin drama.
A pequeños sorbos todo sabe mejor,
duran más las sensaciones en la boca,
baja el riesgo de quemarse la lengua.
Como comer una sopa con cucharilla de postre. Así eres tú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario